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Nada más terrorífico que un divorcio conflictivo

¿Por qué nada más terrorífico que un divorcio conflictivo?

Nada más terrorífico que un divorcio conflictivo es una entrada en la que pretendo hacernos reflexionar a todos.

No me dio tiempo a escribirla para publicarla ayer, noche de muertos, Halloween o Samaín, según dónde estemos, como era mi intención. Aún así me he animado a escribir sobre divorcios terroríficos. Porque da igual la fecha del año en la que estemos, no hay nada más terrorífico que un divorcio conflictivo.

Si ya tenía claro que debía escribir sobre esto y que el día más indicado era el de Halloween, ayer, 31 de octubre, viví una situación terrorífica como abogada de familia. Aunque lo que yo sentí no debió de ser ni la mitad de lo vivido por las personas afectadas.

¿A quién va dirigido Nada más terrorífico que un divorcio conflictivo?

1. A personas que se divorcian sin descendencia

A veces tendemos a pensar que los divorcios sin descendencia son fáciles. Pero no siempre es así. Y sí, cuando hay descendencia hay más personas implicadas en el divorcio. También las preocupaciones son mayores o, a las propias de toda ruptura, se suman otras. Pero que no tengamos que estar pendientes de nuestras criaturitas y que no se vean afectadas personas más allá de la pareja, no hace menos propensos al terror los divorcios sin descendencia.

Los divorcios terroríficos también existen, aunque por otros motivos, entre las personas sin hijos.

Quizá nadie juegue o use a los hijos para hacer daño a la otra parte, tal vez no haya que estar pendientes del bienestar de esas personitas que tanto dependen de nosotros, pero hay otras infinitas maneras de hacer daño, o recibirlo, en un divorcio, que hacen que pueda ser terrorífico.

2. A progenitores

Por supuesto los destinatarios estrella de esta entrada sobre divorcios terroríficos son los progenitores. Porque madres y padres son los responsables últimos de que unos seres vulnerables, niñas, niños y adolescentes, vivan su divorcio de manera terrorífica o no. Un divorcio terrorífico puede dejar secuelas en los adultos, pero traumas en su descendencia, lo que es bastante más grave.

3. A Profesionales

Quienes nos dedicamos al derecho de familia no somos tampoco inocuos o meros espectadores de un divorcio terrorífico.

A esas personas llamadas operadores jurídicos, especialmente a la abogacía de familia, nos puede afectar un divorcio terrorífico.

Ayer mi corazón se encogió y no porque fuera Halloween. No fue una consecuencia del Samaín, sino de la tremenda situación que vivía uno de mis clientes y su hija. Porque no somos de hielo, aunque si debamos mantener la necesaria distancia para poner cordura en estas situaciones.

Y, precisamente de esa cordura es de lo que me gustaría hablaros, estimadas compañeras. Nuestro papel como profesionales no es apoyar todas las decisiones de nuestros clientes, sean legales o ilegales, sean correctas o no. Nosotras estamos para mantener el conflicto sólo en lo jurídico.

Nunca subestimemos la capacidad que tenemos de influir en nuestros clientes, tanto para bien como para mal. No dar los consejos adecuados desde esa cordura puede contribuir, y mucho, a transformar un conflicto de familia en un divorcio terrorífico.

Nada más terrorífico que un divorcio conflictivo

Ya lo he dicho antes, pero es que no me cansaré hasta que se nos grave a todos: Nada más terrorífico que un divorcio conflictivo.

Las consecuencias de un divorcio conflictivo pueden ser terroríficas para quienes se divorcian (la pareja); para quienes lo sufren en primera línea (su descendencia, niñas, niños y adolescentes sobre todo, pero también la descendencia adulta); y, finalmente, aunque nadie lo piense a priori, para quienes nos dedicamos profesionalmente al derecho de familia.

Hace muchos años teníamos un juez de familia, cuyo único defecto era que tardaba mucho en resolver. Pero, ya os digo que sentencias que me dictó hace 15 años, o más, se verían como pioneras hoy en día. No he vuelto a ver tanta valentía y sentido común en un Juzgado de Familia.

¿Sabéis cómo acabó? Ahora es magistrado de un Juzgado de lo contencioso-administrativo. Acabó muy quemado por la falta de medios del Juzgado de Familia y, probablemente, también por las situaciones terroríficas que tuvo que vivir en infinidad de divorcios conflictivos que tuvo que juzgar.

Yo misma me he visto llorando en el despacho del Fiscal Jefe por culpa de un divorcio terroríficamente conflictivo. Tuve que vivir al margen del derecho de familia y no llevar divorcios durante una buena temporada. Pero aprendí y mucho de aquello, de cuál debe ser nuestro papel como profesionales.

Mi historia no es única. Hace poco, durante unas jornadas de formación en Sevilla de la AEAFA viví como una compañera estaba superada por un procedimiento de familia y el sufrimiento de su cliente. Una de tantas historias de abogadas y abogados de familia que me han contado a lo largo de los años, en un café, en una comida, en una de tantas jornadas de formación, en esos momentos entre ponencias. Todas y cada una de nosotras tenemos ese caso que nos hizo ver lo duro del derecho de familia, y que nada hay más terrorífico que un divorcio conflictivo.

Si quienes nos dedicamos profesionalmente a esto podemos vivirlo así, cómo no lo vivirán sus protagonistas, las parejas y su familia, en el proceso de ruptura y los años posteriores, en los que el conflicto no cesa.

Todos se ven afectados: Niñas, niños y adolescentes que adquieren traumas en la ruptura de sus progenitores y progenitoras, traumas que les acompañarán en su etapa adulta. También adultas y adultos que nunca dejarán atrás el conflicto de su ruptura.

En fin, lo dicho, no hay nada más terrorífico que un divorcio conflictivo.

Consejos para evitar un divorcio conflictivo

1. A los protagonistas

Si estás en el proceso de tomar la decisión de romper con tu pareja tengo para ti unos consejos muy básicos, pero muy efectivos:

. Tu ex no es tu enemigo.

Si no tienes hijos puedes optar por iniciar una nueva vida sin esa persona que te ha acompañado hasta entonces o reconvertir vuestra relación de pareja en otra en la que el cariño residual sea un buen punto de partida. Pero vivir con obsesión respecto de tu ex no es saludable. Como diría mi padre: «Pelearse después del divorcio es de idiotas, uno se divorcia para dejar de discutir». Ya sé, no vivimos en el país de los unicornios y todos hemos caído en ello alguna vez.

No hay rupturas perfectas sin ninguna discusión, pero todo tiene su tiempo. Si pasado un tiempo prudencial sigues pensando en esa persona con inquina, igual necesitas ayuda profesional para superarlo. Y no hablo de un buen abogado, sino de terapia. Ya te digo yo, como abogada de familia que soy, que un proceso judicial largo, tedioso y contencioso no arreglará ese malestar.

Si además tenéis hijos en común tu ex no sólo es alguien que estará en tu vida, lo quieras o no, para siempre. Además es el otro pilar de tus hijos. Más vale que lo tengas claro. Te evitarás mucho dolor. Y, lo que es más importante, se lo evitarás a ellos.

. Si tienes hijos, la ruptura de tu pareja no significa la ruptura de tu familia, sino sólo su transformación.

A partir de la ruptura seguiréis siendo familia, una familia diferente, una nueva familia, pero familia. Disfrutad de las ventajas de esa nueva familia e intentar minimizar los inconvenientes de vivir en dos casas.

. Elige con mimo a tu abogada de familia.

Puede parecer poco importante a priori, pero cada persona tiene el abogado que encaja con ella. Es importante que elijas a una profesional con quien te entiendas y en quien confíes. Si además es de esas letradas a las que les gusta pactar y buscar el traje a medida que tu familia necesita, mejor que mejor.

Mis primeras entradas de este blog, que llevaban como subtítulo «Cómo sobrevivir al divorcio», hablaban de todo esto. Aquí os dejo la primera de ellas para que le echéis un vistazo.

2. A los hijos

Si eres una niña, niño, adolescente o una persona adulta que estás afrontando una ruptura como hija o hijo sólo puedo decirte que tu misión consiste básicamente en comunicarte con quienes se están divorciando para contarles cómo lo llevas y qué te lo haría más fácil. Ten en cuenta que la ruptura de la pareja no es la ruptura de tu familia. Seguís siendo familia, aunque ahora tengas dos casas.

Algo que me parece fundamental para quienes todavía sois menores de edad es saber que tenéis derecho a hablar con las juezas, los jueces y la Fiscalía (que representa vuestro interés en el Juzgado). También es fundamental que sepáis que lo que contéis a jueces y fiscales será tenido en cuenta, pero la decisión la toman los adultos. Es importante que vayáis tranquilos, sin miedo a decepcionar o enfadar a ninguno de vuestros progenitores o progenitoras. Para que os hagáis una idea de cómo es ir a contar al Juzgado como estáis y lo que queréis, os dejo el enlace a una entrada que he escrito sobre ello.

3. A los profesionales

Creo que la abogacía, la judicatura y la fiscalía, cada una en su ámbito, y teniendo clara su misión, ha de intentar profundizar en el conocimiento de la familia y actuar con total objetividad.

La judicatura es debe ser, además, imparcial.

La abogacía debería tener clara la diferencia entre objetividad e imparcialidad. Evidentemente nuestra misión es defender los intereses de nuestro cliente. Por tanto, no somos imparciales. Pero si no mantenemos la objetividad nos convertiremos en nuestros clientes, haremos nuestros su miedos, sus odios y sus prejuicios sobre la parte contraria. Una de nuestras tareas fundamentales es poner objetividad y cordura al proceso de divorcio.

Por su parte, el Ministerio Fiscal, que tampoco puede ser imparcial, ha defender los intereses que tiene encomendados: el interés del menor, pero también la defensa de la legalidad.

Todas las personas implicadas profesionalmente hemos de tener también en cuenta la trascendencia de la materia que tenemos entre manos y la fragilidad de las personas implicadas.

No podemos perder de vista nunca el interés superior del menor.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, no hemos tampoco de obviar la responsabilidad que tenemos, sobre todo la abogacía, en el fomento de la resolución del conflicto de manera amistosa.

Alternativas a los divorcios conflictivos

1. Introducción

Como explico a mis clientes, siempre es posible llegar a un acuerdo. Es posible llegar a un acuerdo hasta el momento en el que se entra en sala a celebrar el juicio, pero también después. Por muy conflictivo que haya sido el divorcio siempre se está a tiempo de reconducir la situación. Siempre podemos volver a la cordura y al entendimiento.

¿Cómo se logra?

A veces el entendimiento llega sólo con la buena voluntad de las personas implicadas en el conflicto y una adecuada gestión por parte de quienes les asesoran. Pero, con frecuencia será necesaria la intervención de profesionales que se dedican precisamente a ello, a la resolución alternativa de conflictos.

2. Resolución alternativa de conflictos

Una buena alternativa para llegar a resolver el conflicto que haya surgido con motivo de una ruptura de pareja es la terapia: la terapia individual de cada miembro de la familia, la terapia conjunta de toda la familia o, incluso la terapia de los menores o de las personas adultas implicadas.

Pero, además, existen otras alternativas de las que os podéis hacer valer, de manera conjunta o alternativa a la terapia. Yo conozco y he hablado de los siguientes métodos de resolución alternativa de los conflictos:

. Mediación

En la mediación un profesional, totalmente imparcial, guía a las partes en conflicto para que sean ellas mismas quienes encuentren la solución que más se adapta a ellas, a su familia. La mediación es totalmente confidencial. No debéis tener miedo porque «lo que pasa en mediación, se queda en mediación». No se podrá utilizar por ninguna de las partes luego en el procedimiento judicial.

Aquí os dejo dos directos sobre ello: El primero con una mediadora de AGIPASE (Asociación Guipuzcoana de Apoyo a Familias en Crisis) y, el segundo, con Irene Culebras, una de las responsables de IG (Instituto Gallego de Resolución de Conflictos).

. Abogacía Colaborativa

La abogacía colaborativa tiene por finalidad llegar a una solución que beneficie a ambas partes por igual. Se busca un win-win. Todos ganan. La principal característica de la abogacía colaborativas es que quienes intervienen en la negociación como profesionales no pueden luego representar a sus clientes en un procedimiento judicial contencioso posterior ni utilizar la información o documentación aportada en el proceso de negociación. Para ser abogada colaborativa es necesaria también una formación específica y rigurosa.

Si te parece interesante, mírate el directo de Instagram con Carmen Aja, abogada colaborativa de Madrid.

. Coordinación de parentalidad

Ésta es la figura que ha llegado más tarde de todas ellas a España. El coordinador de parentalidad es un auxiliar del juez. A diferencia lo que sucede con la mediación, un coordinador de parentalidad no es imparcial y puede imponer su parecer, dar consejos e intervenir de cualquier otra manera con las personas inmersas en el conflicto. Además ha de informar de su actuación al juez.

Si te interesa esta figura, mira lo que me contó Mónica Gil, coordinadora de parentalidad afincada en A Coruña en un directo de Instagram

. Díselo Tú

Aunque Díselo Tú no es un método de resolución alternativa de conflictos, sino un servicio de unas profesionales muy concretas, puede dar muy buenos resultados para suavizar el conflicto. Por eso me he atrevido a hablaros de él en esta entrada.

Consiste básicamente en un servicio por el cual una abogada de familia habla con tu ex por ti.

¿Eres de esas personas que está harta de los WhatsApp, mail o mensajes de su ex en los que se aprovecha cualquier escusa para que salgan pullitas? ¿Tienes miedo a los «mensajes envenenados» de tu ex?

¿Y si alguien recibiera por ti esos mensajes, eliminara las pullas y te remitiera sólo la información útil?

Pues eso es lo que hacen en Díselo Tú.

Si quieres más información, mírate el directo que hice en Instagram con una de las responsables de este servicio tan chulo y útil, bien para ti mismo, bien para recomendárselo a tus clientes si eres abogada de familia.

Conclusión

No me cansaré de decirlo: Nada más terrorífico que un divorcio conflictivo. Y esta entrada es mi granito de arena para intentar evitarlos, para que reflexionemos colectivamente; para que reflexionemos también de manera individual, cada cual en la parcela que le corresponde, sobre la manera en que podemos contribuir a ello.

Espero, como siempre, que sea una entrada que os resulte útil, contenido del que sacar partido y aprender sobre derecho de familia y todo lo que lo rodea.