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ANTES DE INICIAR LOS TRÁMITES. Cómo sobrevivir al divorcio

Consejos antes de iniciar los trámites

Antes de iniciar los trámites de un divorcio hay que tener una serie de cosas en cuenta.

Como abogada de familia, habitualmente mi trabajo no empieza directamente con la redacción de la demanda o el convenio. En la mayoría de los casos la abogada de familia entra en la vida de sus clientes ya cuando se inicia la crisis de pareja. A veces, incluso lo que explicamos a nuestros clientes implica que decidan divorciarse o no. Por eso es trascendental un buen asesoramiento y por eso os indicaré unos temas sobre los que es imprescindible reflexionar antes de mover un sólo papel en el Juzgado:

1. LA ELECCIÓN DEL ABOGADO antes de iniciar los trámites

Buscad un abogado que os genere confianza y con quien tengáis «química». Tan importante como los conocimientos jurídicos para la elección es estar a gusto, sentiros arropados y bien aconsejados en todos los frentes que se os vienen.

Podéis tener el mismo abogado o que os asesore un abogado diferente a cada una de las materias que implica un divorcio (fiscalidad, patrimonio, custodia, etc.). Eso va en gustos.

Si decidís tener un único abogado, que no sea sólo para ahorrar costes, y tened en cuenta unas normas básicas:

1ª. Es indispensable que cualquier cuestión o duda se plantee estando ambos presentes o se comunique a todas las personas implicadas (abogado y ambos clientes) para evitar las desconfianzas.

2ª. Si a pesar de la primera norma, sois desconfiados por naturaleza o lo que sea, buscad una segunda opinión. Los abogados por una consulta cobramos un precio razonable.

3ª. Si  optáis por buscar esa segunda opinión que os tranquilice, debéis comunicárselo a  todos los implicados: la otra parte y al abogado. Ir de frente siempre evita los malos rollos.

4ª. Por el módico precio de una consulta os pueden pasar dos cosas:

  • La opinión de ambos abogados son coincidentes: Podéis seguir teniendo un único abogado para la tramitación del divorcio.
  • Cada abogado os dice una cosa: Ahí debéis decidir si fiaros de uno o del otro. Desde luego si os parece mejor la segunda opción, por muy barato que os salga pagar a un abogado entre los dos, yo no lo haría.

5ª. Nunca firméis un convenio sin el debido asesoramiento y sin estar seguros de los acuerdos que en el mismo se contienen.

2. CLARIDAD Y TRANSPARENCIA

Dad toda la información relevante a vuestro abogado. Esto es básico siempre en la relación cliente-abogado. Pero en los divorcios incluso más. Al respecto únicamente os haré dos aclaraciones, la primera para que perdáis el miedo y la segunda para espantaros…

1ª. Para que perdáis el miedo:

– Los abogados no juzgamos a nuestros clientes. Eso ya lo hacen los jueces. Nosotros nos limitamos a escuchar, anotar y tener en cuenta las circunstancias que rodean el caso para defender sus intereses de la mejor manera posible.

– Uno de los valores del abogado es su discreción. Nos debemos al secreto profesional.

2ª. Para que os asustéis:

Cualquier información de la que carezca vuestro abogado puede ser utilizada sorpresivamente por el contrario en sala, dejándonos y dejándoos indefensos. En sala no os sentáis a nuestro lado, por lo que no podremos ni siquiera contrastar si es cierto o no. Cuando nos sentamos en sala para celebrar el juicio ya no hay margen de maniobra para proponer más prueba que la que hemos preparado con anterioridad con vosotros.

3. SEGURIDAD

Tened claro lo que queréis. Los abogados os podemos aconsejar, pero jamás decidiremos por vosotros y menos en cuestiones tan personales y delicadas como las derivadas de un procedimiento de familia.

4. INVARIABILIDAD DE VUESTRAS DECISIONES

Tened presente que lo que se decida no va a poder modificarse, salvo que varíen las circunstancias. Lo que decidáis tiene vocación de permanencia en el tiempo. Un buen convenio o unas buenas medidas deberían poder permanecer en vigor hasta la mayoría de edad de vuestros hijos. No tengáis mente cortoplacista.

5. ADAPTACIÓN

No os olvidéis de vuestras circunstancias, tanto las personales (horarios , distancia de los domicilios, posibilidad de ayuda externa, horarios de los niños y demás cuestiones que pueden afectar a cómo organizáis vuestra relación paterno filial) como materiales (ingresos, gastos, vivienda, disponer de vehículo, etc) y las relativas al tipo de relación que tenéis con el otro progenitor. No hay dos familias iguales. Lo que a vuestro vecino o a vuestro cuñado le viene estupendo, con vuestra familia puede no funcionar. Un buen convenio es aquél que se adapta a la familia concreta como un traje a medida.

Éste es el momento también para decidir si queréis modificar algo por razón del divorcio o con ocasión del mismo (cambiar de barrio, de trabajo, de horario, cambiar a los niños de colegio, etc) siempre con el debido asesoramiento. Lo que hagáis puede tener consecuencias nefastas en relación a lo que queréis que sea vuestra vida post divorcio o a vuestra posición en un procedimiento contencioso.

Lo último, aunque no lo menos importante, sobre lo que debéis de reflexionar antes de iniciar los trámites es: 

¿Medidas de mutuo acuerdo o procedimiento contencioso?

Yo soy una firme defensora del mutuo acuerdo por dos razones fundamentales:

1ª. En algo tan delicado como la relación con vuestros hijos deberíais decidir vosotros y no dejar a un tercero, Juez, que decida por vosotros. Por muy bueno el Juez, el marco de un procedimiento judicial no le otorga libertad para poder investigar de modo profundo vuestras concretas circunstancias. Además, una misma realidad puede ser vista por dos personas de manera totalmente diferente.

2ª. La experiencia me ha demostrado que cuando nosotros, por nosotros mismos, decidimos hacer algo lo hacemos. Cuando nos obligan lo hacemos de peor gana o intentamos evitar el cumplimiento. En un procedimiento contencioso, aunque os den la razón, vais a tener a alguien enfrente a quien están obligando contra su voluntad.

No cejéis en la obtención de ese mutuo acuerdo, del entendimiento entre vosotros. Si es necesario utilizad métodos de resolución alternativa de conflictos. Yo he visto milagros en mediación intra judicial y por eso soy una firme defensora de la la mediación, de la buena mediación.

Dicho todo esto, sin embargo, he de aconsejaros que no aceptéis cualquier acuerdo.

Que no os ciegue el deseo de no enfrentaros a un procedimiento contencioso o al otro progenitor. Recordad que los acuerdos son invariables. Pelead por lo que creéis que es justo en vuestra relación paterno/materno filial si es razonable y bueno para el interés de vuestros hijos.

A partir de ahora, el curso se centra en cuestiones jurídicas. Para saber más, id a la siguiente entrada ….