Hace apenas una hora, ya de madrugada llegamos tres abogados de Vigo a Córdoba con muchas para ganas de participar, junto con otros cientos de compañeros de profesión de toda España, en un encuentro que nos hace mucha ilusión: el I Congreso de la Abogacía Independiente.
Éste no es evento al uso, ni un evento más, en lugar de encuentro de profesionales que nos dedicamos a la abogacía, pero paradójicamente no tenemos los mismos derechos que el resto de los ciudadanos.
No podemos estar enfermos, tener descendencia o cuidar de nuestros familiares. Diréis, como cualquier autónomo en este país. Pues es así y no.
Es así porque si cualquier autónomo está en esas circunstancias normalmente no deja de trabajar.
Pero no es así porque los autónomos tienen baja de maternidad/paternidad. Si el hijo de un profesional de la abogacía nace o lo operan un día en el que su madre o su padre tienen juicio, en el día que se le acaba un plazo o en el día en el que un cliente tiene que declarar, la prioridad está clara: tiene que ir al Juzgado. No hay ninguna norma que suspenda plazos, juicio, etc en esas circunstancias. Y los derechos e intereses de nuestros clientes están en juego, no sólo ganar dinero.
Tampoco tenemos paro no nada que se le parezca si trabajamos por cuenta propia.
El hecho de ser abogada es incluso peor. A eso sumamos que la profesión es bastante machista.
Además, no sé si por deformación profesional (eso de estudiar Derecho Constitucional en la carrera debe marcarnos mucho), o porque cuando nos hacemos abogadxs juramos guardar la Constitución y las leyes, o simplemente porque como usuarios diarios de la Administración de Justicia somos víctimas de sus saturación, falta de medios y politización, también queremos que eso cambie.
Por todo eso unxs cuantxs valientes han organizado este congreso
Y no hemos venido a aprender sobre derecho, sino a debatir propuestas de cómo encontrar solución a nuestros problemas como colectivo, y cómo poner nuestro granito de arena para mejorar la deprorable situación de la administración de justicia de este país.
Y entre las muchas propuestas, una de cosecha de otra de las asistentes gallegas, Jana Calero y mía: «Abogacía en femenino».
Por eso nos hemos venido unxs cuantx locxssoñadorxs hasta Córdoba sin importar dejar nuestros despachos huérfanos dos días, nos hemos venido de toda España sin importar la distancia y el esfuerzo.
Y de camino nos hemos encontrado en la carretera este cartel. Casualidad o no…
#Córdoba2019 ¡Todxs a una como en Fuente Ovejuna!