La invitación
Silicon Valley con Nolegaltech o, lo que inmediatamente, bautizamos como El Rompido Valley fue una iniciativa de Nolegaltech. Nolegaltech decidió invitar a la experiencia a unos poco ajenos a la empresa.
Yo estuve entre los tres afortunados invitados al evento. Y allá que me fui al Rompido Valley para compartir un par de días con mis compañeras de Nolegaltech.
La anfitriona
Nolegaltech es una consultora para empresas tecnológicas y startups formada por cuatro mujeres, que se hacen llamar rabbits:
. La ceo o jefaza: Bárbara Román. El cargo le va al pelo. Ella misma se define como empresaria más que como abogada. Además de la jefaza de Nolegaltech es la maestra de abogados-empresarios diferentes en Legal Academy.
. Marelisa Blanco o la dibugada: Mare es la creatividad hecha persona. Además de abogada es una artista como la copa de un pino. Un as del legal desing en su proyecto Akme. Dibuja, crea y, ahora también le da al diseño web. Vamos, completita, completita.
. Yolanda Ferreiro o prima: Yolanda, más que compañera, amiga y hasta familia… Es una abogada en reconstrucción, o metamorfosis, que me gusta decir. El último gran fichaje de Nolegaltech, procesalista en todos sus poros y en aprendizaje en cuanto a lo tecnológico. Su máxima cualidad es una mente preclara que le hace encontrar metáforas imposibles para explicar a los clientes conceptos jurídicos.
. Mar o la becaria: Una casi abogada en prácticas que me sorprendió por sus conocimientos juridicos y su seguridad al tratar con clientes.
De la mezcla de locura que irradia la Jefaza y la Dibugada partió la idea de, por unos días, juntarse en un lugar equidistante con nombre curioso y trabajar de manera presencial, haciendo equipo.
Y a la jefaza se le ocurrió que si además de las rabitts había otras especies, se enriquecería el ecosistema. Y repartió invitaciones. A mi puerta llegó una y no lo dudé.
Los invitados
En el Rompido Valley no sólo estuvimos las rabbits y yo. Hubo otros dos insignes invitados:
. Raquel Duque: Una comunicadora nata a la que ha fichado hace ya un tiempo Emérita Legal para sacarla de los Juzgados y que ayude a sus clientes a presentar sus servicios de la manera más eficiente y atractiva posible.
. David Maeztu: Abogado tecnológico y diferente. Con una paciencia infinita ha intentado sin descanso y con excaso resultados que todos los abogados del país aprendan a presentar correctamente documentos digitales. Aunque lo que de verdad es el objeto de su negocio es el asesoramiento en cripto monedas. Lo que para las analógicas como yo es un Gozzilla para él es un perrito domesticado.
El experimento
Silicon Valley con Legaltech o, lo que es lo mismo, El Rompido Valley fue un experimento social con toda esa fauna. Rabitts, hormigas, cigarras y alguna que otra especie más se dieron cita para disfrutar de unos días juntos, mezcla de ocio y trabajo.
No sé si os acordáis de una serie que se llama Silicon Valley y que narra las aventuras y desventuras de unos programadores que conviven en una casa-incubadora donde crean una startup a partir del descubrimiento de un súper potente algoritmo.
La casa de El Rompido que puso a nuestra disposición Nolegaltech se parecía bastante a aquello. Si buscáis el hashtag #elrompidovalley en Twitter veréis de qué hablo.
Ecosistema
Un montón de abogadas trabajando, compartiendo y aprendiendo unas de otras. Pero, sobre todo, aprendiendo algo tan raro en la abogacía, conjugar con éxito productividad y ocio; amistad y trabajo.
Cada una hacía su trabajo individual, las rabbits además trabajaban en equipo mientras los demás mirábamos. Cada una de nosotras, a pesar de la convivencia, tuvo su espacio individual, sus tiempos de estar con una misma.
Y todas disfrutamos del maravilloso entorno junto a la playa en una casa inmensa que daba para todo: para improvisar dos coworkings o, incluso tres, si tenemos en cuenta la sala de reuniones de la terraza con vistas. Con una cocina enorme con, lo que parece una tontería pero ayuda mucho a centrarse en lo importante, infinito menaje y un buen lavavajillas.
Todas fuimos cocineras e improvisadas amas de casa. Todas fuimos tiburones. Todas fuimos creatividad pura. Y también yogis a la puesta de sol.
El único que se negó a trabajar y sólo disfrutó de la compañía mientras aprendía el método rabbit de trabajo fue David Maeztu. Habrá que ver qué enseñanzas rabbits importa a su despacho, 451 legal.
Conclusión
Sin duda muchas empresas del sector legal deberían copiar a Nolegaltech y crear equipo aislándose del mundo sin desatender a sus clientes. Trabajar en modo convivencia y atendiendo en remoto a sus clientes. Confraternizar con otras empresas del sector o de otros ámbitos buscando aprender de las demás debería ser la norma y no la excepción.
En mi caso, El Rompido Valley ha tenido como efecto el lanzamiento de un nuevo producto que estaba pensado desde hace años y que en breve tendrá su propia página web. De momento podéis ver en qué consiste AQUÍ.